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Semillitas de Amor: más que un cuido, un hogar que educa

Semillitas de Amor Day Care & Preschool

Semillitas de Amor: más que un cuido, un hogar que educa

2025-07-10 Cuido con propósito Desarrollo temprano Educación infantil Primera infancia Uncategorized 0

Hoy celebramos 19 años de amor, entrega y propósito. Semillitas de Amor nació como un sueño en medio de libros y pañales, y hoy florece como un espacio donde la infancia se vive con ternura, respeto y alegría. Esta reflexión conmemora casi dos décadas de compromiso con la educación y el cuidado en la primera infancia. Desde sus inicios como Traviesitos hasta su evolución actual, esta historia está marcada por la fe, el esfuerzo colectivo y el amor sembrado día a día. Agradecemos a cada familia, cada niño y cada colaborador que ha hecho posible este camino. Este aniversario no solo es una mirada al pasado, sino una promesa de seguir creciendo con propósito. Descubre cómo se construye una comunidad educativa desde el corazón, y por qué seguimos creyendo que lo mejor aún está por venir.

Un sueño sembrado con fe:

Hace diecinueve años, mientras la vida se desbordaba entre libros universitarios y las risas de mis tres hijos pequeños, nació en mi corazón un sueño. No era algo planeado con gráficos ni presupuestos. Fue más bien una semilla puesta por Dios en tierra fértil: el deseo profundo de crear un espacio donde los niños fueran amados, respetados y guiados desde sus primeros pasos. Así nació lo que entonces llamé Traviesitos, una pequeña sala con grandes aspiraciones.

De Traviesitos a Semillitas de Amor:

Lo que comenzó con unos pocos niños y mucho amor, fue creciendo con el tiempo. Traviesitos fue la primera raíz, pero con los años esa raíz germinó, se fortaleció y dio paso a un nombre que lo decía todo: Semillitas de Amor. Un espacio que no solo cuida, sino que forma. No solo enseña, sino que transforma. Cada niño que ha pasado por nuestras manos ha dejado una huella. Y cada familia, una historia que nos sigue inspirando.

Gratitud que desborda:

Hoy, al mirar atrás, el corazón se me llena de gratitud. Gracias a Dios, quien ha sostenido cada paso de este recorrido. Gracias a las familias que han confiado en nosotros para acompañarlos en la etapa más tierna de la vida de sus hijos. Gracias a las maestras, asistentes y colaboradores que han entregado no solo su tiempo, sino su vocación. Cada uno ha sido parte de este jardín que florece con alegría, ternura y propósito.

Sembrar con amor, cultivar con propósito:

En Semillitas de Amor no solo cuidamos niños; sembramos valores, modelamos conductas, escuchamos corazones. Cada historia, cada lágrima, cada carcajada nos recuerda que estamos tocando vidas. Aquí no hay trabajo pequeño: desde preparar un almuerzo con cariño hasta leer un cuento con voz de colores, todo suma. Porque cada gesto amoroso riega esas semillitas que algún día serán árboles fuertes en su comunidad.

Desafíos que nos enseñan:

Por supuesto, han sido años de mucho aprendizaje. Conciliar lo personal con lo profesional. Aprender de los errores. Renovarse ante los cambios. Enfrentar momentos inciertos. Pero nada de eso ha sido obstáculo. Al contrario, nos ha hecho más atentos, más humanos, más conscientes de la importancia de lo que hacemos. Porque educar en la primera infancia no es un lujo, es una necesidad que transforma el presente y moldea el futuro.

Un compromiso que no caduca:

Llegar a los 19 años no es solo celebrar el pasado, es renovar el compromiso. Seguir creciendo, sin perder lo esencial. Continuar apostando por un cuido que se fundamente en el respeto, el juego, el cariño y el desarrollo integral. Nuestro trabajo no termina con la despedida de cada tarde, porque el impacto de lo que sembramos hoy se verá en años venideros.

Familia, comunidad y corazón:

Semillitas de Amor no sería lo que es sin la comunidad que la rodea. Vecinos, proveedores, aliados, exalumnos... todos han aportado. Este no es un negocio, es una misión. Y como toda misión verdadera, se camina en familia. Aquí hemos visto hermanos crecer juntos, madres convertirse en líderes, niños regresar ya adultos a saludar con nostalgia y orgullo. Eso no tiene precio.

Celebrar lo vivido, abrazar lo que viene:

Hoy nos toca celebrar. No con discursos grandilocuentes, sino con la sencillez de quien sabe que ha recorrido un camino con sentido. Con las risas de los niños, con los abrazos sinceros de los padres, con las lágrimas dulces que salen al ver todo lo que hemos logrado. Y con el corazón abierto a lo que viene. Porque aunque llevamos 19 años, sentimos que apenas estamos comenzando.

Reflexión final: La infancia no espera. Y cada día que un niño pasa por nuestras puertas es una oportunidad irrepetible. Por eso, más allá del aniversario, esta es una invitación a seguir sembrando. A todos los que han sido parte de esta historia: gracias por creer, por confiar, por caminar con nosotros. Seguiremos sembrando amor, fe y esperanza… porque este sueño apenas comienza.